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inglés al español: Stanley Kubrick. 50 years of deep space exploration General field: Ciencias sociales Detailed field: Periodismo
Texto de origen - inglés 2001’s visual effects established groundbreaking standards for excellence. Kubrick and his crew built, from scratch, special projectors, automatic animation systems and motorized camera rigs controlled by banks of electronic switches and timers. But some of the grandest effects were also the simplest. Christiane remembers working alongside her husband on early experiments back in 1964. “Stanley was messing around with paints suspended in chemicals—and I was involved in the art department, too— sometimes it was very smelly, very uncomfortable, and your eyes would run because of the fumes. And people would say, ‘This is crazy!’ But inside these little glass containers, the laws of nature applied to the liquids just as they apply to the universe as a whole. Stanley saw this, and some of the results from those first experiments are actually included, vastly magnified by the camera, as the exploding galaxies and swirls of cosmic dust in the final version of 2001.”
Kubrick was renowned as an obsessive and relentlessly hard-working director. His legendary attention to detail certainly helps explain why 2001 still looks so crisp and believable today. But the typical outsider’s image of her husband as a workaholic is not one that Christiane understands. “To Stanley, and I suppose to any artist, working is more like playing, because what you do is also what you enjoy. Always there is enthusiasm, an open mind to limitless possibilities, and then you narrow it down to what will actually work.”
Traducción - español Los efectos visuales de 2001 fijaron nuevos estándares de excelencia. Kubrick y su equipo construyeron, partiendo de cero, proyectores especiales, sistemas de animación automáticos y cámaras motorizadas que controlaban por medio de paneles electrónicos. Pero algunos de los efectos más llamativos fueron también los más sencillos. Christiane recuerda los experimentos en los que su marido trabajaba en 1964: «Stanley andaba enredando con pinturas mezcladas con productos químicos. A veces el olor era muy fuerte y desagradable. Las emanaciones hacían que se te irritaran los ojos. La gente decía: “¡Esto es de locos!” Pero las leyes físicas son las mismas dentro de un pequeño recipiente de vidrio que en el resto del universo; él se dio cuenta y lo aprovechó para la película. En la versión final de 2001 aparecen galaxias que estallan y remolinos de polvo cósmico que no son más que el resultado de aquellos experimentos magnificados por la cámara».
Kubrick tenía fama de director obsesivo y trabajador incansable. Su legendaria atención al detalle ayuda a explicar por qué 2001 sigue resultando tan fresca y convincente, pero la imagen de su marido como un adicto al trabajo es algo que Christiane no entiende: «Para Stanley, y supongo que para cualquier artista, trabajar y jugar son cosas parecidas. Están haciendo lo que les gusta, con entusiasmo y la mente abierta a posibilidades ilimitadas, que luego van reduciendo hasta quedarse con aquello que funciona».
inglés al español: The lost continent of Tiki General field: Ciencias sociales Detailed field: Periodismo
Texto de origen - inglés He steers his Ford confidently along the Los Angeles freeways. Sven Kirsten, 59, might be a John Ford character re-envisioned by the Coen brothers: one of those intrepid Americans who make their way through a dilapidated universe, carrying within them the certainties and flaws that the eternal US of A bestows on its heroic children. Here he is considered the doyen of Tiki, the man whose self-sacrificing work as a self-made ethnologist has revived an entire chapter of US popular culture. And now recognition from Paris: he is one of the curators of the major exhibition organized by the Musée du Quai Branly under the title ‘Tiki Pop’. Sven Kirsten parks the Ford in front of a Glendale restaurant: Damon’s. ‘Aloha, welcome to our little atoll,’ he says smilingly as he opens the door. Inside, Pacific statuettes from the Eisenhower period, discreetly lit aquarium, dug out canoes hanging from the ceiling and an exotic cocktail menu for Madmen-style businessman running from the Blue Hawaiian to the Lapu Lapu. Are we in 1957? Are we about to meet Angie Dickinson or Jack Lemmon? And why this
plastic Polynesia in the Los Angeles of Rihanna and Matthew McConaughey? That’s the Tiki question, in a nutshell.
‘The Tiki style,’ explains this interpreter of the inner-city lagoons, sipping a ‘Mai Tai’ at the bar, ‘is the lost paradise of the American Dolce Vita. As early as the 1930s, the artificial Eden of Hollywood found its mirror in Polynesian exoticism. It began with a John Ford film, Hurricane, in which Dorothy
Lamour plays a vahine femme fatale. World War II exacerbated matters: the suffering of the GIs coming back from the hell of the Pacific was sublimated and repressed in the creation of a dream Oceania, the euphoric mask of a historical trauma. Everywhere bars with bamboo ceilings and rattan furniture rose up; there were extravagant restaurants with interior waterfalls, artificial jungles, and nude paintings of Gauguin-style idylls, a sort of National Geographic eroticism. This was the golden age of Tiki, between McCarthyism and the birth of hippy culture, let’s say the decade of 1955–65.’
Traducción - español Sven Kirsten conduce tranquilamente un Ford por las autopistas de Los Ángeles. A sus 59 años podría ser un personaje de John Ford reimaginado por los hermanos Coen, uno de esos intrépidos estadounidenses que siguen su camino por un universo en ruinas, cargando con las convicciones y defectos con que la América eterna dota a sus hijos heroicos. Aquí es considerado el mayor entendido en tiki, un etnólogo autodidacta cuyo abnegado trabajo ha revivido un capítulo entero de la cultura popular de Estados Unidos. Ahora le llega el reconocimiento desde París, donde es uno de los comisarios de la gran exposición organizada por el Musée du Quai Branly con el título de «Tiki Pop». Sven Kirsten aparca su Ford frente al Damon's, un restaurante de Glendale. «Aloha, bienvenido a nuestro pequeño atolón», dice sonriendo mientras abre la puerta. En el interior pueden verse estatuillas del Pacífico de la época de Eisenhower, un acuario discretamente iluminado, cayucos colgando del techo y una exótica carta de cócteles para esos hombres de negocios estilo Madmen que incluye desde el blue hawaiian al lapu lapu. ¿Estamos en el año 1957? ¿Estamos a punto de conocer a Angie Dickinson o a Jack Lemmon? ¿Por qué esta Polinesia de plástico en Los Ángeles de Rihanna y Matthew McConaughey? Este es el enigma tiki, en pocas palabras.
«El estilo tiki -explica este intérprete de las lagunas del interior de la ciudad mientras saborea un mai tai en la barra- es el paraíso perdido de la dolce vita americana. Ya en la década de 1930 el edén artificial hollywoodiense se inspiraba en el exotismo de la Polinesia. Empezó con una película de John Ford, Huracán sobre la isla, en la que Dorothy Lamour interpretaba a una femme fatale wahine. La Segunda Guerra Mundial lo potenció: el sufrimiento de los soldados que volvían del infierno del Pacífico se vio canalizado y reprimido con la creación de una Oceanía de ensueño, la máscara eufórica de un trauma histórico. Por todas partes podían encontrarse bares con techos de bambú y muebles de ratán. Aparecieron restaurantes extravagantes con cascadas en el interior, selvas artificiales y pinturas con desnudos al estilo idílico de Gauguin, una especie de erotismo a lo National Geographic. Esa fue la época dorada del tiki, entre el macartismo y el nacimiento de la cultura hippy, digamos que abarcaría la década de 1955 a 1965.»
francés al español: D'où je suis, je vois la lune, p. 225 General field: Arte/Literatura Detailed field: Poesía y literatura
Texto de origen - francés C'est à cause de la mort, je n'en veux plus à personne. Je repense aux visages imaginaires penchés au-dessus de moi, je suis réconciliée. Je ne le crie pas sur tous les toits, c'est un sentiment
qui n'intéresse que moi. En attendant, j'accompagne Slam sans réfléchir, je suis la route qu'on trace pour moi, je n'ai plus qu'une seule volonté: me laisser porter. C'est con comme volonté et
c'est facile, y'a rien à faire, tu suis le mouvement et tu dis OK dans ta tête toute la journée, tu laisses les pensées rebelles se bastonner entre elles et t'avances comme de rien, les mains dans les poches et le coeur à l'abri. Tout est plus beau, surtout les arbres et les mômes dans les poussettes, et même les cons ont l'air sympas derrière les apparences. Ça ne se voit pas comme ça, mais si tu les imagines en train de mourir avec tous leurs potes penchés au-dessus d'eux, ils deviennent touchants, presque fragiles. Les cons, c'est des gens qui cherchent le sens de leur mort. En attendant ils gueulent sur la vie parce qu'elle ne leur offre pas ce qu'ils attendent. Slam me parle de la mannequin, je fais semblant de m'intéresser, j'en ai plus rien à cirer de cette
histoire littéraire. J'ai écrit pour me faire plaisir et finalement j'ai jamais été aussi triste, je suis devenue sérieuse et ça m'a tuée.
Slam voudrait que je l'écoute, il dit: Qu'est-ce t'en penses ? Et il soupire en voyant ma tête d'ahurie : Ils t'ont filé de la morphine? Je réponds du tac au tac: Non!
Traducción - español Gracias a la muerte, ya no tengo nada contra nadie. Me acuerdo de los rostros imaginarios inclinados sobre mí, estoy reconciliada. No lo proclamo a los cuatro vientos, es un sentimiento que solo me interesa a mí. Entretanto, acompaño a Slam sin pensar, sigo el camino que me trazan, tengo una sola voluntad: dejarme llevar. Como voluntad es tonta y fácil, no hay que hacer nada, sigues el movimiento y en la cabeza te vas diciendo OK durante todo el día, dejas que los pensamientos rebeldes se peleen entre ellos y te adelantas como si nada, las manos en los bolsillos y el corazón al abrigo. Todo es más bonito, sobre todo los árboles y los críos en cochecitos, y hasta los gilipollas parecen simpáticos más allá de las apariencias. No acostumbra a verse así, pero si te los imaginas muriéndose con todos sus amigos inclinados sobre ellos, se hacen conmovedores, casi frágiles. Los gilipollas son gente que buscan sentido a su muerte. Entretanto le gritan a la vida porque esta no les ofrece lo que ellos esperan.
Slam me habla de la modelo, yo finjo interesarme, esta historia literaria ya me da igual. Escribí por placer y al final nunca estuve tan triste, me volví seria y eso acabó conmigo.
Slam querría que lo escuchara, dice: ¿qué te parece? Y suspira al ver mi cabeza de atontada. ¿Te han dado morfina? Yo respondo de inmediato: ¿La pequeña muerte? ¡No!
francés al español: Des amours dérisoirs, p. 115 General field: Arte/Literatura Detailed field: Poesía y literatura
Texto de origen - francés Normandie, deux ans plus tard
« Je mets une cravate ?
— Tu n’en as jamais porté. C’est pas le jour à tenter des expériences. »
Vincent regarda le reflet de Raphaël dans le miroir, silencieux.
« C’est bizarre hein ?
— Quoi ?
— Que ce soit moi qui me marie.
— Un peu, oui.
— J’avais toujours dit que ce n’était pas pour moi, et…
— …
— Au fait, Marine ?
— Quoi Marine ?
— Tu n’as jamais plus eu de ses nouvelles ?
— Non. Je crois qu’elle prépare un bouquin avec Michel Polnareff.
— Elle était particulière cette fille. Un peu coincée, non ?
— Oui, sourit Vincent.
— Tu n’as pas de regret ? »
Il y eut un silence.
« Tu sais, Raphaël, ce soir- là, le soir où Marine est partie, où j’ai dit que Juliette et moi…
— Te casse pas. Ça n’a pas d’importance.
Dans une heure, Juliette et moi, on sera mariés, alors le reste… Ça va là, mon col, comme ça ? J’ouvre un bouton ou deux ?
— Deux. »
Raphaël se retourna. Brun, soigneusement décoiffé, le costume The Kooples noir parfaitement ciselé, la chemise blanche cintrée et ouverte, il était impeccable dans le rôle du futur marié branché.
« Tu as les alliances ?
— Oui.
— C’est de l’histoire ancienne tout ça, non ?
— Oui.
— Et puis on a plein de projets à réaliser nous deux… On y va ? »
Vincent marqua un temps. Sentit l’écrin des alliances dans sa poche.
« On y va. »
Traducción - español Normandía, dos años después
–¿Me pongo corbata?
–Nunca has llevado. No es el día para probar cosas nuevas.
Vincent miró la imagen reflejada de Raphaël en el espejo, silencioso.
–Es extraño, ¿verdad?
–¿El qué?
–Que sea yo quien se case.
–Un poco, sí.
–Siempre había dicho que esto no era para mí, y...
–...
–A propósito, ¿y Marine?
–¿Qué pasa con Marine?
–¿Ya no tienes noticias de ella?
–No. Creo que está preparando un libro con Michel Polnareff.
–Era particular, esa chica. Un poco rígida, ¿no?
–Sí –sonrió Vincent.
–¿No lo sientes un poco?
Hubo un silencio.
–Sabes, Raphaël, aquella noche, la noche que se fue Marine, cuando dije que Juliette y yo...
–No le des vueltas. No tiene importancia. Dentro de un hora Juliette y yo estaremos casados, así que el resto... ¿Te parece que el cuello está bien así? ¿Dejo un botón abierto, o dos?
–Dos.
Raphaël se volvió. Moreno, cuidadosamente despeinado, el traje negro de The Kooples perfectamente cortado, la camisa blanca entallada y abierta. Estaba impecable en el papel de futuro marido moderno.
–¿Tienes las alianzas?
–Sí.
–Todo aquello ya es agua pasada, ¿verdad?
–Sí.
–Y además tenemos un montón de proyectos por hacer, nosotros dos... ¿Vamos?
Vincent hizo una pausa. Sintió el estuche de las alianzas en su bolsillo.
–Vamos.
italiano al español: Aria. Messagio per me, p. 6 General field: Arte/Literatura Detailed field: Poesía y literatura
Texto de origen - italiano Greta scrutò le nuvole col fiato corto ed ebbe la certezza che si sarebbero infrante davvero, sbriciolando il cielo e franando su tutti i suoi pensieri con il bagliore di un lampo.
La pioggia l’aveva sorpresa a ridosso di una salita, piccole
gocce punteggiavano l’asfalto sotto le ruote della sua bicicletta
e pungevano le guance, sferzate da un vento freddo.
Si alzò sui pedali e spinse più forte del vento, ogni respiro
un pugno contro la pioggia battente. Le gambe bollenti e la
schiena tesa a scaldare il gelo degli ultimi giorni d’inverno.
Sorrise guardando le pozzanghere riempirsi ai lati della
via, annusando l’odore della strada bagnata, ascoltando
l’eco del cuore nel collo rovente. La prima volta che aveva
affrontato quella salita si era dovuta fermare a metà, con i
muscoli doloranti e il fiato spezzato. Aveva percorso parecchi
chilometri da quel giorno e la strada le aveva insegnato a
non arrendersi alla fatica e ad amare il suo calore. Oggi ci
sarebbe riuscita, nonostante il temporale. Un ultimo sforzo
e sarebbe arrivata in cima, due curve ed era fatta. Sterzò per
imboccarle, quando un’altra bicicletta sfrecciò in direzione
opposta, all’improvviso, sollevando un’onda di schizzi. In
sella un ragazzo alto e magro, con un cappello da uomo
e nessuna paura per la discesa.
Traducción - español
Claudia escrutó las nubes con la respiración agitada y tuvo la certeza de que iban a descargar, desmenuzar el cielo y precipitarse sobre sus pensamientos con el fulgor de un relámpago.
La lluvia la había sorprendido al inicio de un repecho. Las pequeñas gotas punteaban el asfalto bajo las ruedas de su bicicleta y le golpeaban las mejillas, azotadas por un viento frío. Se puso de pie sobre los pedales y empujó con más fuerza que el viento. Cada una de sus exhalaciones era como un puñetazo contra la lluvia batiente. El ardor de sus piernas y la espalda tensa la protegían del frío de los últimos días de invierno. Sonrió mientras contemplaba los charcos que se iban formando a ambos lados de la calle, percibiendo el olor del asfalto mojado, escuchando el eco del corazón en su cuello encendido. La primera vez que se enfrentó a aquella subida tuvo que detenerse a medio camino, jadeando, con los músculos doloridos. Desde aquel día, había recorrido muchos kilómetros, y las calles le habían enseñado a no dejarse vencer por la fatiga y a apreciar su calor. En esa ocación lo conseguiría, a pesar de la tormenta. Un último esfuerzo y habría llegado a la cima, dos curvas más y ya estaba. Giró para tomarlas cuando de repente otra bicicleta que venía en dirección contraria pasó velozmente a su lado, levantando una ola de salpicaduras. La montaba un chico alto y delgado, con un sombrero de adulto y ningún miedo al descenso.
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Experiencia
Años de experiencia: 16 Registrado en ProZ.com: Oct 2015
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Bio
I am an experienced translator from English, French and Italian into Spanish and Catalan with about seventy books published of all kind of subjects, from novels for adults to children's literature and art books, as well as many articles, texts for websites and marketing texts.
I have a degree in History of Art and my background includes working as a journalist in a local cultural magazine and editing and correcting fiction and non fiction texts as a proofreader to provide them a perfect finish. As a result, I've developed a deep attention to detail and the necessary understanding of the demands of professional environments.